domingo, 13 de septiembre de 2009

Volando


Qué jodida es la soledad. Y no sólo la soledad, sino pensar que no quieres verme, que no quieres llamarme, en fin, que no me quieres. Cada vez que me ignoras, podrías romperme el corazón, pero no pasa, porque mi corazón es líquido, por suerte. Puede que hasta gaseoso, y cuando evitas mi mirada, cada vez pesa menos. Como sigas así, un día mi corazón va a echar a volar y me voy a quedar sin él. Entonces puede que no te sienta tan adentro, y podré vivir tranquila. Y habrá un corazón más atrapado entre los cables eléctricos o en alguna esquina de alguna azotea. Si alguien lo encuentra, que no me lo haga llegar.

martes, 8 de septiembre de 2009

El


Ella no lo sabía, pero en cada hombre que conocía lo buscaba a El. Daba igual que fuese alto, bajo, moreno, rubio, fuerte, mayor... daba igual. Ella siempre hacía las mismas preguntas: "¿Y qué tipo de música te gusta?" era la que más repetía. Si la respuesta se desviaba exageradamente de lo que a El le gustaba, ya no le interesaba. Pero ella seguía buscando. Quería enamorarse de alguien, quería olvidarse de El antes de que fuese demasiado tarde, pero buscando en otros lo mismo que había encontrado en El no era la manera más acertada. Se pasó casi dos años encontrando hombres que poco o nada tenían que ver con El, y siempre ocurría lo mismo: los rechazaba. Llego a dormir con muchos de ellos, pero eso le traía sin cuidado. Élla quería algo más, un doble de El que la quisiera. Le corría prisa, pues cada día que pasaba se sentía más enamorada, y de eso es de lo que huía. Un martes de diciembre. llamaron a la puerta. Era El: "Bea: te quiero". Y fue así, sin más, como se dio cuenta de que quería algo totalmente diferente a El. Ahora que le tenía enfrente, suplicándola, solo sentía lástima por El. Eso no podía ser amor. Así que, sin más, esbozo una gran sonrisa y le dio un portazo en las narices. Por fin, había pasado página. Y ahora si lo tenía fácil: su agenda del móvil estaba llena de hombres opuestos a El. Sólo era cuestión de ponerse manos a la obra.