Ayer conseguí entrar en tu mente. Y sólo encontré notas musicales que fueron sonando a lo largo de tu vida. Unas las escuchaste de forma accidental, otras las buscaste. Tu mente sabe a música. A música y a nostalgia. Me dio pena ver cómo estás anclado en aquel pasado que ya nunca regresará. Aunque supongo que una parte de todos nosostros se encuentra como tú, buscando día a día esa sensación que un día nos hizo ser felices.
Y hoy no puedo quitarme de encima tu melodía. Suena en mi cabeza allá donde voy. ¿Tendré yo también una melodía propia? Estaría bien que un día quisieses entrar en mi mente, y me escuchases. Y luego me contases a qué sueno. Y a que sabe mi música.
A lo mejor, si fusionamos nuestras melodías, surge una más hermosa que las originales. O a lo mejor desafina..... sea como fuere, solo quiero que sepas que tu melodía ya es parte de mi, porque la he tocado con los dedos, y se ha quedado impregnada en mi piel.
2 comentarios:
Aquello de que somos un todo fragmentado en un equilibrio siempre precario, puede encontrar sustento en las pequeñas notas que ejercen esa fuerza de cohesión suficiente que permite percibir "eso" que somos... a diario pasan ante mi cientos de historias, miles de melodías distitas... algunas que ya he escuchado antes, que traen sabor añejo, o bien un gusto nuevo y refrescante, incluso algunas con innovaciones sugerentes, consiguiendo hacerme disfrutar tanto de escucharlas de nuevo, de reflexionar sobre si una melodía no es al fin y al cabo el contexto en el que se desenvuelve la vida... por eso los paralelismos... por eso siempre algo se repite, pero al final, el poso, es diferente...
No, no tienes melodía propia.
Es algo más complejo, creo yo :)
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