lunes, 28 de diciembre de 2009

BLOGUZZ-7b92966da9

Bueno, pues con este título ya soy oficialmente miembro de Bloguzz... ahora que se fíen de mi para probar algún producto!

martes, 22 de diciembre de 2009

"Marilyn Azul"



Un marqués termina en "-illo" sin razón

y un juguete estropeado, y un color.

Marilyn azul compite con mi voz

y la música se acuesta en tu colchón.

Las notas de tu guitarra suenan hoy

a ensalada de verano en el salón.

Y el calor de agosto cubre mi sudor

mientras mimo tus mechones sin temor.

Si escucharas lo que te dice mi voz

leerías entre líneas un "tú y yo".

Ya no quiero esconder lo que nos unió,

ya no quiero que me des una ilusión.

Hoy suenas fatal. Ganas de llorar.

No te siento aquí. Me voy a dormir.


(Mi nueva canción. Con guitarra de fondo, sabe mejor ;-)) Me gustaría que el audio de esta entrada fuese la canción terminada, pero le falta unos días, falta pulirla para que de una piedra se transforme en en un diamente!

lunes, 14 de diciembre de 2009

El que siembra truenos, recoge tempestades


Me considero una persona de izquierdas, o como mínimo, nunca de derechas. Disfruto con los logros conseguidos tipo la ley del aborto y se me pone la piel de gallina cuando miles de conservadores que se autoproclaman católicos invaden las calles madrileñas en contra del aborto, y no consigo recordar la última manifestación secundada por este colectivo pidiendo, por ejemplo, el fin de la pobreza en el tercer mundo u otras causas (a veces y, por desgracia, perdidas) de las cuales sobra relacionar con el catolicismo en cuestión, pues obviado está. Sí, lo reconozco, se me ve el plumero a leguas.

El problema, digamos, "moral", que se me plantea estos días es el referido al caso "Tertsch" el cual se refiere a la agresión que el director del informativo "Diario de la Noche" de Telemadrid Hermann Tretsch sufrió unos días después de que, casualmente (y subrayo lo de "casualmente"), el Gran Wyoming ironizara con su figura a propósito de unas declaraciones que hizo Tertsch en las que afirmaba: "Les aseguro que si yo pudiera matar a quince o veinte miembros de Al Qaeda por liberar a nuestros tres compatriotas lo haría sin la menor duda". Parece ser que el Sketch producido por "El internedio" de Wyoming bastó a muchos para responsabilizarle de la agresión, lo cual ha sido negado efusivamente por éste.

Y es aquí cuando veo unas cosas muy claras y otras.... no tan claras. Claro como el agua (o repulsivo como el vómito) es la gran verdad de que las declaraciones de Esperanza Aguirre o las afirmaciones del noticiario tan objetivo y periodístico como todos sabemos de la Cope (que, al fin y al cabo, se dan lamano) dejando leer entre líneas que el responsable de la paliza a Tretsch había sido, indirectamente, el Gran Wioming, son realmente desafortunadas y lamentables. Sin embargo: ¿hasta qué punto Tertsch no tenía razones para demandar a Wyoming? No creo que sea del agrado de nadie verse en la TV con una metralleta en la mano diciendo semejantes perlas del tipo "si pudiese matar a 15 o 20 pacifistas que prefieren morir a matar lo haría sin la menor duda" de donde no consigo desprender el lado "gracioso". Con esto quiero decir que, con las barbaridades que escucho a Tersch todas las semanas, hasta yo misma podría haber ironizado con éxito alguna de sus declaraciones sin tener que recurrir a ese humor negro que utilizó el Gran Wyoming., pues normalmente Tertsch lo deja todo "a huevo". Siempre me ha gustado el humor de izquierdas porque en la mayoría de sus manifestaciones se ha definido por ser un humor inteligente y respetuoso, que no sobrepasa los límites invisibles que todos conseguimos ver y que separa el buen gusto de lo ordinario y ofensivo. Sin embargo, y por una vez, entiendo la desazón de Tertsch, pues con algunas cosas nunca se consigue hacer humor, y, desde mi humilde opinión, Wyoming buscó lo que sabía que iba a conseguir: enfurecer a Tersch y, de revote, a parte de la derecha. Por supuestísimo que esto no justifica el hecho de que hayan responsabilizado a Wyoming de la fatídica agresión, pues son dos hechos completamente independientes que sólo una mente perversa sería capaz de relacionar. Pero, como dice el refrán, e independientemente de la agresión, centrándome sólo en el Sketch de Wyoming sobre el personaje de Tertsch.... "el que siembra truenos, recoge tempestades".

jueves, 10 de diciembre de 2009

miércoles, 25 de noviembre de 2009

ser sin ser


Puede que el alma no pueda verse, olerse, tocarse... puede que el alma sea incolora, inabarcable, inaccesible, impenetrable... puede que el alma se inventada, inacabada, inapetente, inerte... puede que el alma sea sin ser, sea sin ti, sea sin mi.... puede que el alma no exista.... pero duele que no veas.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Patricia la Narcisista, un ejemplo de tantos


"El trastorno narcisista de la personalidad es un trastorno de Personalidad del grupo B (desórdenes dramáticos, emocionales, o erráticos). Poseen un patrón de grandiosidad, fantasías de éxito, tienen necesidad de admiración, falta de empatía. Esperan reconocimiento, poder, brillantez, belleza o amor. Exigen admiración excesiva."

Así define el DSM-IV el trastorno narcisita de la personalidad. Y según pasan los años, voy descubriendo que no hace falta irse a un psiquiátrico para descubrir varios.

Sin más, hace unas semanas unas amigas y yo nos pasamos por un bar de Valladolid donde trabaja una chica que en su momento fue amiga íntima, pero que, por unas cosas y otras, se produjo un distanciamiento y ahora tenemos una relación cordial pero no de gran amistad. La cosa fue que cuando fuimos a entrar, vimos que el bar estaba vacío y decidimos no entrar por la vergüenza típica de "entro y seguidamente salgo", a la par que yo hice alguna estupidez y nos reímos. La semana siguiente (sábado) me pase por dicho bar y saludé a la susodicha (la llamaremos,por ejemplo .... Patricia), estuvimos hablando 5 minutillos sobre el trabajo, los estudios, bla bla bla.... Acto seguido me despedí cordialmente, y ahí quedó la cosa. Cuál es mi sopresa cuando al día siguiente, domingo, 23h, suena mi móvil y es Patricia:


- Oye, que soy Patricia.

- Hola, Patricia! Dime, hija.-

- Que quería comentarte que la semana pasada tus amigas y tú os pasasteis por el bar y, aunque creas que no me enteré, os vi no entrar e iros escojonandos de la risa y... bueno, que no me parece medio normal, que ya no somos niñas.-

- (Eiiiiiin????).-

- Si, no te hagas la tonta, que sabes de lo que te estoy hablando.-

-Creo que la estas cagando....-

-De eso nada, que yo se bien lo que vi y oí.-

- Mira Patricia (cambiando el tono acorde con la tocadita de huevos), si no entramos fue porque nos pareció una falta de respeto entrar para salir delante tuyo, y si nos reímos fue por una chorrada que yo dije o hice vete a saber tú de qué, pero... ¿por qué nos íbamos a reír de tí?-

- Eso me pregunto yo...-
- Espera, espera.... pero... ¿por qué te tengo que dar yo ninguna explicación?-

- No, si yo no te llamo para pedirte explicaciones, sólo para que sepas que no me parece ni medio normal.-

- Mira, no tengo por qué soportar esta conversación de besugos, hasta luego.- ( y colgué).


Ejemplifico este caso para subrayar el tipo de confianzas que se toman algunas personas con respecto a otras, siendo la relación que las une bastante superficial (basándose en la cordialidad y el respeto pero sin profundizar). Y creo haber llegado a la conclusión de que a este tipo de personas como nuestro sujeto numero 1 (Patricia) les invade un sentimiento de superiodidad o grandiosidad que les permite sentirse en el derecho de hacer aquello que les dicta la cabeza o el corazón en cualquier momento, sin parase a pensar si su acción está implicando a otras personas o a sus sentimientos que no quieren verse incluídas. En nuestro caso: si Patricia piensa que no entramos porque nos estábamos escojonando de ella, PROBLEMA SUYO (aparte de que tuvo el sábado para decírmelo en persona), pero no tiene derecho a llamarme para hacerme partícipe de sus delirios de grandeza porque ni formo parte de ellos ni (creedme) quiero. Creo que todo el mundo tiene el derecho a expresar sus ideas tal y como las siente, pero debe ser al mismo tiempo consciente de que esas ideas pueden estar equivocadas y que, por tanto, hay veces que es mejor callarse uno mismo con su propia verdad (lo cual no significa renunciar a ella), y no intentar imponérsela al vecino.




lunes, 5 de octubre de 2009

He perdido


joder qué mal me siento... me acabo de llevar un tortazo en toda la cara (hablando metafóricamente...), un tortazo de esos que no te esperas... peor aún: cuando crees que vas a recibir una dulce caricia, te llevas EL tortazo... así es la vida, unas veces se gana y otras se pierde... supongo que me duele tanto porque pensaba que iba a ganar, y no es que no haya ganado: esque he perdido escandalosamente, ha sido una derrota aplastante... ahora sólo queda recuperarse lo antes posible, pero... cómo? creo que esperan días malos, de esos que te viene a la cabeza lo sucedido y se te constriñe el corazón... una pena... intentaré pasarlos lo mejor posible... es lo único que puedo hacer....

domingo, 13 de septiembre de 2009

Volando


Qué jodida es la soledad. Y no sólo la soledad, sino pensar que no quieres verme, que no quieres llamarme, en fin, que no me quieres. Cada vez que me ignoras, podrías romperme el corazón, pero no pasa, porque mi corazón es líquido, por suerte. Puede que hasta gaseoso, y cuando evitas mi mirada, cada vez pesa menos. Como sigas así, un día mi corazón va a echar a volar y me voy a quedar sin él. Entonces puede que no te sienta tan adentro, y podré vivir tranquila. Y habrá un corazón más atrapado entre los cables eléctricos o en alguna esquina de alguna azotea. Si alguien lo encuentra, que no me lo haga llegar.

martes, 8 de septiembre de 2009

El


Ella no lo sabía, pero en cada hombre que conocía lo buscaba a El. Daba igual que fuese alto, bajo, moreno, rubio, fuerte, mayor... daba igual. Ella siempre hacía las mismas preguntas: "¿Y qué tipo de música te gusta?" era la que más repetía. Si la respuesta se desviaba exageradamente de lo que a El le gustaba, ya no le interesaba. Pero ella seguía buscando. Quería enamorarse de alguien, quería olvidarse de El antes de que fuese demasiado tarde, pero buscando en otros lo mismo que había encontrado en El no era la manera más acertada. Se pasó casi dos años encontrando hombres que poco o nada tenían que ver con El, y siempre ocurría lo mismo: los rechazaba. Llego a dormir con muchos de ellos, pero eso le traía sin cuidado. Élla quería algo más, un doble de El que la quisiera. Le corría prisa, pues cada día que pasaba se sentía más enamorada, y de eso es de lo que huía. Un martes de diciembre. llamaron a la puerta. Era El: "Bea: te quiero". Y fue así, sin más, como se dio cuenta de que quería algo totalmente diferente a El. Ahora que le tenía enfrente, suplicándola, solo sentía lástima por El. Eso no podía ser amor. Así que, sin más, esbozo una gran sonrisa y le dio un portazo en las narices. Por fin, había pasado página. Y ahora si lo tenía fácil: su agenda del móvil estaba llena de hombres opuestos a El. Sólo era cuestión de ponerse manos a la obra.

miércoles, 3 de junio de 2009

COCINANDO ILUSIONES QUE VUELAN


Erase una vez una chica que le enloquecía la cocina. Le parecía un mundo fascinante, lleno de sabores y olores. Soñaba con elaborar platos imposibles llenos de colores aún por llegar. Pero era sólo un sueño. Estudiaba una profesión compleja y apenas tenía tiempo para dedicarse a cocinar. Hacía algunos platos, pero tímidamente. Sabía que le quedaba mucho por aprender, y esperaba algún día poder hacerlo. Y un día le conoció a él. Era un maravilloso cocinero que trabajaba en uno de los mejores restaurantes de Madrid. Sabía hacer comidas que ni ella imaginaba que existían. Había cocineros mejores, pero para ella, él era único. La manera en que le hablaba de sus platos, de las texturas de los alimentos, de la mezcla de sabores, la tenía ensimismada. Cuando quedaban en casa de él, siempre la enseñaba mil y una recetas que la trasladaban al mundo de sus sueños... la pasión que él sentía por la cocina, el amor por su trabajo, la implicación en su tiempo libre... la fascinaba... pero... ella se distanció de él... ¿qué podía ofrecerle? era una chica normal, con una vida sencilla que lo más que sabía hacer eran unas lentejas estofadas... se sentía una hormiga a su lado, no tenía nada que darle que él no tuviera... quería ser como él, pero años de experiencia les separaban. Y esque ella sentía que la cocina para él era más que una profesión, era un estilo de vida, un hobbie, un "ser y estar". Y ella no era así... compartían la pasión, pero ella no podía mostrársela, porque se sentía ridícula frente a los conocimientos de él. Hasta que un día llegó él y le preguntó...


"¿quieres que te enseñe a cocinar?"